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miércoles, 1 de diciembre de 2010

CARTA A MIS PAPITOS!




Se ha cumplido ya mi quinto mes dentro de ti y sigo flotando en este nido calientito y amable en el que me alimentas y arrullas.
Ya he crecido mucho, mi forma es casi humana. Y en esta esfera cálida que hay dentro de tu cuerpo me está llegando toda la información que tú me das. Gracias a ella, ya sé cuánto amor tienes para mí. Todo lo que tú vives lo vivo yo también, y así me enseñas muchas cosas de ese mundo que un día será el mío cuando llegue el momento de nacer y puedas abrazarme.
Mientras tanto, Mamá, mi mente va grabando todas tus experiencias y, poco a poco, me vas convirtiendo en el gran ser humano que seré. Enséñame todos los días todo lo bueno que hayas aprendido, pero si alguna vez no puedes, porque estés muy cansada o triste o preocupada, no te angusties por mi; yo sé bien cómo eres, siento desde dentro tu grandeza y no me vas a decepcionar. Cuando te sientas triste, o si llegan momentos difíciles, no te abandones, recuerda siempre que no estás sola, porque yo estoy aquí, dentro de ti y puedo ayudarte. ¿Cómo? Pues pidiéndote que en esos momentos de tristeza busque el consuelo en ese lugar profundo de tu alma donde reside el amor; siente todo el amor que se pueda sentir esta manera también a mi me ayudas a experimentarlo. Y recuerda que cuanto mas siento más aprendo. Más tarde, cuando nazca, también podré expresar el amor que he vivido en tu interior, y transmitirlo, porque creo que ahí fuera hace mucha falta demostrar y enseñar este gran sentimiento que a todos nos acerca.
También quería contarte que mis sentidos físicos se están desarrollando por momentos. Sobre todo, el sentido del tacto, que se empezó a despertar cuando sobre mi cuerpo sentí un delicioso masaje. Era la caricia de unas manos llenas amor....las tuyas. También pude sentir las manos de papá. Ayer, él te estaba abrazando y, de repente, los dos, en perfecta armonía, emprendieron un recorrido a través de tu piel con vuestros corazones juntos abiertos hacia mí. El desplazó sus manos, encima de tu cuerpo hacia ese lugar donde yo me encontraba. En ese movimiento que llegaba hasta mi, supe lo que es sentir la firme protección de unas manos de padre llenas de amor. Y me gustó su tacto, pues lo quiero también. A fin de cuentas, los dos me desean, los dos me crearon y gracias al amor de mis papas, yo puedo sentir ese misterio que es la vida.
En estos instantes de ternura me siento tan querido y tan feliz que estoy deseando conocerlos y abrazarlos. Después de esa caricia, sentí que los tres juntos volamos envueltos en una luz dorada, que nos llevaba lejos hacia un lugar de amor.
     

                                 Tu Carocito...

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